Vamos de rebajas

Las rebajas son la época del año más esperada para algunos y más odiada para otros. No sólo son sinónimo de aglomeraciones en las tiendas y días de compras infinitas en los que la tarjeta de crédito acaba temblando, también son momentos de “gangas” y buenos precios que hay que saber aprovechar.


Son las 9:30 de la mañana de un domingo 7 de enero, del recién estrenado año 2007. Todavía se nota en el ambiente la resaca de estas fiestas, Navidad, nochevieja y la reciente noche de Reyes, pero esto no impide a la gente agolparse frente a las puertas de las tiendas de moda y los grandes almacenes más importantes de la capital. Por lo general, todos los que aquí se reúnen ya han visto los productos deseados días antes, y confían en que sigan exponiéndose ahora con un descuento considerable. En las rebajas, suerte, rapidez y experiencia se mezclan a partes iguales.

En la puerta principal de El Corte Inglés de la calle Preciados, hay más expectación que en ningún otro sitio. No sólo es importante madrugar y llenar el transporte público (incluso en domingo) para conseguir lo que hemos venido a buscar, sino también para salir por televisión. Y es que aquí se mezclan curiosos, veteranos, cámaras, redactores y dependientes “muertos de miedo” ante la avalancha que se les viene encima… Con la apertura de este centro comercial a las 10 de la mañana, se da el pistoletazo de salida a las rebajas, un momento que aparece abriendo los informativos de todas las televisiones del país y que nadie se quiere perder. Unos piensan que están locos y otros disfrutan viendo a sus conocidos salir por la tele.

Y por fin se abren las puertas y empieza la carrera hacia las escaleras mecánicas y los montones de ropa con el cartel de “hasta el 50% de descuento”. Todos los que ahora se pegan codazos y empujones para poder subir antes que nadie, nos confiaban hace unos minutos que es importante saber donde buscar y tener claro lo que vas a comprar, pero siempre terminas llevándote algún que otro capricho. La compra con moderación es algo que las Asociaciones de Consumidores y los expertos se encargan de repetirnos a todas horas durante estos días, aunque no todos logramos contenernos… y es que todo parece tan barato…

Pero las rebajas ya no son lo que eran, aunque la gente sigue comprando compulsivamente. Los más veteranos dicen seguir siendo fieles a esta tradición desde hace 30 años más por la costumbre que por otra cosa, porque afirman que antes se encontraban muchos más “chollos” que ahora. No obstante, independientemente de los precios, casi todo el mundo, quiera o no se ve inmerso alguna vez en un día de rebajas.

Ahora ya es casi mediodía y después de volcarnos de lleno en una especie de locura más propia de un mercadillo callejero, decidimos cambiar de tienda a ver si encontramos alguna rebaja importante.

Pero ¿realmente se puede comprar así? Pasamos a una conocida tienda de ropa joven en la calle Carretas, donde todo el género está amontonado o tirado por los suelos para desdicha de los que allí trabajan, que tendrán colocar una y otra vez la ropa y quedarse hasta altas horas de la noche. Además, la caja registra más movimiento que de costumbre, no sólo por los cambios y devoluciones, sino también por las largas colas de gente que rodean el local y que esperan para poder pagar sus “chollos”. Pero esto es algo que no sólo sucede en esta tienda, sino que se repite en todos y cada uno de los establecimientos en los que entramos desde primeras horas de la mañana.

Esta zona centro de Madrid siempre es un lugar concurrido, pero hoy más que nunca. Los turistas no pueden desaprovechar la oportunidad de comprar… ya se sabe: “donde fueres, haz lo que vieres”. En sus países también hay rebajas, pero todos coinciden en que los precios en España ya son bajos de por sí, con lo que en rebajas todo es mucho más asequible y pueden llenar sus maletas por muy poco dinero.

Los más cosmopolitas, sin embargo, siguen prefiriendo las rebajas de Londres o Nueva York. Si lo decides con tiempo, un fin de semana en la capital inglesa puede salir bastante barato y encima puedes aprovechar para comprar ropa que no encontrarás en las tiendas españolas.

Ya llevamos varias bolsas en nuestras manos. ¿Nos hace falta todo esto? Era tan barato que no nos podíamos resistir. Al final de la tarde acabamos como si hubiéramos pasado el día corriendo un maratón, y es que ir de rebajas no es fácil. Faldas a 10 euros, camisetas a 4, jerséis, botas, abrigos…De lo que nos hemos gastado, preferimos no hablar.


Foto1: El pistoletazo de salida con la apertura de puertas de El Corte Inglés de Preciados(caspa.tv)
Foto2: La gente busca entre los montones de ofertas (elpais.com)